El rey caza. No digo nada nuevo,
pues todos sabemos esta horrible afición del monarca. Afición que algunos
descerebrados intentan calificar de deporte.
Pero bueno, ese es otro tema. El caso es que Juan Carlos I, Rey de
España se dedica a cazar. Y no perdices, o conejos (cosa que me
horrorizaría igual) sino elefantes, búfalos y osos en nochevieja (que
sepamos). Especies que hasta donde yo sé están en peligro de extinción. Y se
gasta un dinero curioso en hacer el cavernícola. Según los medios de comunicación, unos 37.000 euros
aproximadamente.
Calificar la foto me parece
bastante sencillo. Tengo varios adjetivos. Asquerosa o repugnante, por ejemplo.
Ahí está nuestro jefe de estado junto con otro tipejo escopetas en mano
mostrando orgullosos su trofeo. Un pobre
elefante ya con los ojos cerrados y cuya gran trompa sin vida se arruga en un
árbol. Me imagino la conversación de los dos: - ¡Menudo bicho hemos cazado
eh!-. -¡No veas, ahora le arrancamos la
cabeza y verás que bonita queda en el salón de casa!-. Prefiero no imaginarme
dicha neandertal conversación. El caso es que no solo ha salido esta foto a la
luz. Hemos podido ver un vídeo del acompañante del rey matando vilmente
animales y otra fotografía de los mismos junto a dos enormes búfalos muertos
también (dudo que vivos fueran tan machotes de colocarse al lado). Si son tan valientes de enfrentarse a
ellos con armas, y puesto que nosotros somos también animales (algunos
racionales) que se reten con ellos sin escopetas. Podría apostar que no le
durarían al elefante ni medio asalto. Además, según las informaciones que nos
llegan a través de los medios, el rey está algo pachucho.
Cazar, para su Majestad, debe ser como para Sansón su pelo, le da fuerzas.
Botsuana ha sido el lugar elegido
para esta atroz cacería. Según leo, país que ronda el 20%. Un 2% menos que
España en este momento. Tengo entendido que el rey no podía dormir por culpa
del paro juvenil. Ya vemos cómo se ha ido a mitigar su insomnio. España va muy bien en este momento, ¿Por qué no celebrarlo matando elefantes? ¡Claro que
sí! Recortes desorbitados, nuestros derechos pisoteados, amenazas de que
tenemos que cerrar la boca si no queremos cárcel y un largo etcétera que todos
conocemos y el rey de caza. Algo de lo que no nos habríamos enterado si no
llega a ser porque se ha roto su real cadera. Caprichoso destino eh, ¿Majestad?
¿Con que matas un animal por pura diversión?. Está bien, hagamos conocedor a todo
el mundo de tus grandes proezas. Y de esta nos hemos enterado, ¿Cuántas se nos
quedarán en el tintero?
Su conducta me parece poco ejemplar,
por no decir que rozo la náusea, sabiendo además que Juan Carlos I es
presidente honorífico de la ONG ecologista ADENA. Abandone el cargo por favor. Poco ejemplar. Así mismo calificó el rey la conducta de su yerno. Es irónico que ahora
se le califique con sus mismas palabras. Ahora ya comprendo por qué no fue a
visitar a su nieto cuando también se dedicaba a juguetear con armas. Que por otra parte, también hemos sabido de que le va la cacería. Al parecer tenía miedo de que su abuelo se enterase lo que estaba
haciendo. Esto me da un poco de risa. ¿Y el abuelo qué estaba haciendo?, ¿de quién puede haber aprendido? No te
preocupes, Froilán, él está enfadado contigo y nosotros con él. No te culpo por llevar armas, eres un
niño aún. A los hechos me remito. El inconsciente es quien te puso el arma en
la mano con 13 años. Lo que pasa es que nuestro enfado con tu abuelo está empezando
a no ser una mera rabieta, ya es un cabreo considerable.
Me gustaría una transparencia
absoluta en los actos del rey, Al igual que hizo pública las cuentas, debería saberse TODO lo que hace. Porque si el
monarca supiera que sus actos no son totalmente condenables no habrían intentado,
como dije antes, frenar la divulgación de la foto por internet.
Un escándalo más que salpica a la casa real. Pero bueno, al fin y al cabo le damos las gracias tanto a él, como a su nieto, como a sus yernos, y a sus hijas por hacer más que todos nosotros por la III República. Nos lo ponéis muy fácil.
Un escándalo más que salpica a la casa real. Pero bueno, al fin y al cabo le damos las gracias tanto a él, como a su nieto, como a sus yernos, y a sus hijas por hacer más que todos nosotros por la III República. Nos lo ponéis muy fácil.
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